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¿Cómo escondieron los griegos los artefactos del museo de los nazis?

Los nazis esperaban miles de antigüedades cuando ingresaron al Museo Arqueológico Nacional. La única barrera que les impidió robar las riquezas ocultas fue el esfuerzo persistente de los trabajadores del museo. 

El Ministerio de Cultura griego ideó un plan para garantizar la máxima protección de sus invaluables reliquias. Siguiendo sus órdenes, el Museo Arqueológico Nacional escondió el tesoro donde ningún nazi lo encontraría. 

El meticuloso plan de los griegos

El día 27 de abril de 1941 marcó la entrada del feroz ejército alemán a Atenas, lo que indica el obstáculo de la resistencia del ejército griego. A la mañana siguiente, los valiosos tesoros y artefactos serían investigados en el Museo Arqueológico Nacional por los funcionarios nazis. Inesperadamente, encontraron que el museo estaba vacío. 

Temiendo el evento inevitable de que los nazis robaran las riquezas griegas, los curadores y arqueólogos del museo conspiraron en un plan inteligente seis meses antes de la llegada de los nazis a Atenas. Diseñar este plan significaría asegurar la protección del rico pasado inmemorial de los griegos.

La declaración de guerra del país en octubre de 1940 fue el único catalizador que el Ministerio de Cultura griego necesitó para garantizar la protección de sus objetos de colección. El departamento de arqueología del Ministerio de Cultura griego informó de inmediato y envió cartas a todos los museos, escribiendo guías e instrucciones detalladas sobre la conservación esencial de las antigüedades griegas de las redadas y otras formas de acoso de la guerra en curso. 

En las instrucciones había dos métodos para la protección de sus objetos de valor. El primer procedimiento les informó que protegieran el artículo específico con un andamio de madera temporal antes de cubrirlo con un saco de arena adecuado. El segundo procedimiento instruyó a enterrar la estatua bajo tierra. El último método se consideró más eficaz. 

El Museo Arqueológico Nacional respondió organizando comités, comenzando el importante plan para ocultar miles de sus antigüedades.

Temprano en la mañana, incluso antes de que se pusiera la luna, las personas que habían realizado este trabajo se reunían en el museo y se iban a casa a altas horas de la noche. El almacenamiento de las estatuas se realizaría según el tamaño y la importancia de cada una. Los más voluminosos entre ellos estarían alineados en zanjas profundas que se habían cavado en los pisos de los pasillos norte del museo, cuyos cimientos se encontraban en un subsuelo más suave.

Semni Karouzu

(Fuente: Puesto de Pappas

¿Dónde escondieron los artefactos?

En lo profundo del sótano del museo, el equipo del museo cavó pozos enormes, tan grandes que llegaron a las calles y avenidas de la calle Boubolinas en Atenas. Los técnicos del museo improvisaron el uso de grúas hechas de madera para descender las numerosas estatuas a las trincheras. Se requirió una vigilancia extrema ya que todo el equipo del museo dedicó su tiempo a bajar cada reliquia valiosa a las zanjas protegidas con concreto. 

Después del transporte de las antigüedades protegidas, la tripulación agregó montones de tierra y arena, que sirvieron como toque final para ocultar aún más la presencia de sus antigüedades. 

Durante la compleja operación para ocultar las estatuas, los registradores del museo asumieron el papel de documentar la ubicación de los objetos de valor y su orden de conservación. Se requirieron detalles precisos para salvaguardar el descubrimiento de estas antigüedades. El tesorero general del Banco de Grecia mantuvo las pilas de información registrada para garantizar su seguridad. Junto con la documentación, también trasladaron objetos de valor incalculable como los famosos tesoros y objetos de oro de Micenas. (Fuente: Puesto de Pappas

Las secuelas exitosas

La operación de seis meses finalmente llegó a su fin, diez días después de la llegada de los nazis a Atenas.

Desde las paredes desnudas hasta las vitrinas desocupadas, era evidente que no se sacaría ni una sola cosa del museo. Los nazis estaban desconcertados por el vacío del museo, y ningún miembro del personal había revelado el secreto del plan. 


Al final, el Museo Arqueológico Nacional protegió todos sus tesoros, y su ubicación nunca se reveló. Fue en 1944, años después de la liberación de Atenas, cuando se desenterraron y revelaron las antigüedades. (Fuente: Puesto de Pappas)

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