Victorian Strangeness: La extraña historia de las damas que cojeaban
ALAMY
Con la honorable excepción del vestido de carne de Lady Gaga, fue el episodio más tremendamente tonto en toda la historia de la moda, dice el autor Jeremy Clay.
En las adineradas calles de Londres, algo peculiar estaba en marcha. También en Edimburgo las cosas estaban torcidas.
En poco tiempo, el fenómeno se había abierto camino a través de la tierra, se había transmitido de pueblo en pueblo como un contagio, dejando cojeando grupos de enfermos dondequiera que pasaba.
Pero en una época de dolencias, desde la podredumbre de alfarero hasta el escroto del deshollinador, no había bases físicas para la propagación de la enfermedad. Se aprovechó de los jóvenes, los caprichosos, los sugestionables y los obsesionados con el estatus. O, para decirlo de otra manera, lo de moda.
Lo llamaron Alexandra Limp y yo ... Continuar leyendo (lectura de 3 minutos)