Home » Gente y sociedad » Una monja alemana se quedó con el corazón roto después de ver a pacientes con lepra en Pakistán, donde se creía que era un castigo de Dios y los pacientes fueron condenados al ostracismo, dejaron todo atrás y se mudaron allí para luchar solos contra la lepra. Consiguió que el país (entonces una población de 127 millones) se librara de las enfermedades.

Una monja alemana se quedó con el corazón roto después de ver a pacientes con lepra en Pakistán, donde se creía que era un castigo de Dios y los pacientes fueron condenados al ostracismo, dejaron todo atrás y se mudaron allí para luchar solos contra la lepra. Consiguió que el país (entonces una población de 127 millones) se librara de las enfermedades.

Salvador no musulmán de un país musulmán

Es el año 1960, la lepra corre desenfrenada en Pakistán. Peor aún, Dios lo considera una maldición. La gente no toca a los leprosos, creyendo que su condición es contagiosa, no son tratados, están condenados a colonias creadas para ellos lejos de la población en general. Allí esperan morir aislados, con un dolor agonizante, con la carne pudriéndose y cayendo. Si hay un destino peor que la muerte, eso es todo. Es poco probable que cambie su difícil situación, no hay esperanza a la vista, hasta donde llegan los ojos. Pero sin que ellos lo sepan, Dios tiene otros planes.

Colonia de leprosos en Karachi

Colonia de Leprosos (2)

Una joven monja católica se queda atascada en Karachi camino a la India con su misión debido a un problema de visa. Aquí ella es testigo del sufrimiento de los leprosos, la rompe, la bate ... Continuar leyendo (lectura de 3 minutos)

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