El avión de combate que se derribó a sí mismo
En 1956, la corporación de aviones Grumman estaba probando su nuevo caza, el F-11 Tiger, frente a las costas del estado de Nueva York.
El piloto disparó una larga ráfaga de sus cañones y momentos después sufrió un daño misterioso y catastrófico que se derrumbó en el parabrisas y hirió de muerte el motor.
¿Qué sucedió? El piloto se había disparado.
El F-11 Tiger, como todos los aviones Grumman, recibió su nombre de un gato. Rápido y ágil, el F-11 fue solo el segundo caza supersónico en el inventario de la Armada, capaz de alcanzar 843 millas por hora (Mach 1.1).
Este contenido se importa desde {embed-name}. Puede encontrar el mismo contenido en otro formato, o puede encontrar más información en su sitio web.
El avión era en realidad de Grumman ... Continuar leyendo (lectura de 2 minutos)